En pleno centro histórico de Córdoba, frente a la actual Mezquita-Catedral, se alza un edificio majestuoso que, aunque hoy alberga el Palacio de Congresos, durante siglos fue conocido como el Hospital de San Sebastián. Fundado en el siglo XIV para atender a los más necesitados y enfermos, este antiguo hospital guarda entre sus muros una historia oscura y sobrecogedora: la aparición de un espectro que aún deambula por sus pasillos, cargado de dolor y lamentos.
Un hospital marcado por la tragedia
El Hospital de San Sebastián fue testigo de epidemias, guerras, pobreza y sufrimiento humano. A lo largo de los siglos, miles de personas pasaron por sus salas, muchas de ellas sin encontrar la cura a sus males. Entre todos los relatos de dolor que se vivieron en aquel lugar, destaca el de Fray Alonso, un monje encargado de cuidar a los enfermos durante una de las más devastadoras pestes que azotó la ciudad en el siglo XVII.
Fray Alonso era conocido por su entrega incansable y su fe inquebrantable. No temía contagiarse, pues decía que su misión era aliviar el sufrimiento ajeno. Día y noche recorría el hospital, aplicando ungüentos, rezando por los moribundos y consolando a quienes agonizaban. Sin embargo, su destino no sería diferente al de aquellos a quienes cuidaba: enfermó y murió en una de las salas del hospital, solo y sin que nadie pudiera asistirlo en su agonía.
El guardián eterno del hospital
Tras su muerte, comenzaron a circular rumores entre el personal del hospital y los vecinos cercanos. Algunos aseguraban haber visto a un hombre vestido con hábitos antiguos caminando en silencio por los corredores. Otros contaban que en las noches frías se oían rezos apagados y campanadas que nadie podía explicar.
Con el paso del tiempo, y tras el cierre del hospital como centro médico, los relatos sobre el espíritu de Fray Alonso no cesaron. Incluso después de la transformación del edificio en espacio cultural, trabajadores y visitantes han afirmado experimentar fenómenos extraños: luces que se encienden y apagan solas, puertas que se abren lentamente, o la súbita aparición de una figura encapuchada que desaparece al girar una esquina.
Susurros entre muros antiguos
A día de hoy, quienes trabajan en el actual Palacio de Congresos de Córdoba, antiguo Hospital de San Sebastián, evitan permanecer solos en algunas salas del edificio. El eco de los pasos de Fray Alonso, su figura deslizándose entre las sombras, y el leve aroma a incienso que a veces inunda el ambiente, hacen que el lugar conserve una atmósfera misteriosa, como si el alma del monje aún vigilara el sitio donde entregó su vida por los demás.
La leyenda del fantasma del Hospital de San Sebastián no solo habla de una presencia espectral, sino también de la compasión y la entrega absoluta. Quizá por eso, dicen algunos, su espíritu no encuentra descanso: sigue cuidando del edificio como lo hizo en vida, custodiando la memoria de todos los que allí sufrieron... y murieron.
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