PRÓLOGO: La noche del crimen
El reloj marcaba las once de la noche en la Academia Gualda. Una brisa helada recorría los jardines, agitando las hojas de los árboles. Sofía Rivera, una estudiante de primer año, corría sin mirar atrás. Sus pasos resonaban en la gravilla del sendero, mientras su respiración desesperada se mezclaba con el ulular de un búho en la lejanía.
Se detuvo unos segundos para recuperar el aliento, mirando hacia las sombras que la rodeaban. Algo —o alguien— la seguía. Antes de que pudiera dar un grito, una figura encapuchada emergió de las sombras. Un destello de acero cruzó el aire.
Su cuerpo fue encontrado al amanecer. La policía llegó rápidamente, pero las autoridades de la academia pidieron discreción. Era el tercer incidente en menos de dos años, aunque los dos anteriores habían sido clasificados como “accidentes”. Esta vez, no podrían esconder la verdad.
CAPÍTULO 1: Ecos del Pasado
La noticia del asesinato sacudió a los estudiantes. La Academia Gualda, conocida por su prestigio y exclusividad, se había convertido en un lugar oscuro y aterrador. Los rumores comenzaron a extenderse como pólvora. Nadie se sentía seguro, y las teorías no tardaron en aparecer: una secta secreta, un estudiante perturbado, o incluso un profesor con oscuros motivos.
Leonardo García, un joven becado que prefería mantenerse al margen, comenzó a notar que las miradas se posaban en él. Era alto, de cabello oscuro y ojos que parecían analizarlo todo. Su carácter reservado lo hacía un blanco fácil para las habladurías. "Siempre anda solo", decían. "Es extraño. Seguro tiene algo que esconder."
Valeria Salazar, por otro lado, estaba decidida a no quedarse de brazos cruzados. Como la estrella de la compañía de teatro, tenía un carácter fuerte y una curiosidad insaciable. Algo en el caso de Sofía le resultaba personal. Aunque nunca había hablado mucho con Leonardo, lo observaba desde la distancia. Su presencia solitaria y su mirada perdida en ocasiones despertaban su interés.
CAPÍTULO 2: La Sombra de la Sospecha
El director anunció nuevas medidas de seguridad: toques de queda, cámaras en los pasillos, y vigilancia constante. Sin embargo, esto solo intensificó las tensiones. Durante un ensayo de teatro, Valeria finalmente se acercó a Leo.
—¿Por qué siempre te escabulles después del ensayo? —preguntó, fingiendo despreocupación.
Leo levantó la mirada, sorprendido por su tono directo. —Me gusta caminar... pensar. No creí que eso fuera un crimen.
A pesar de su respuesta defensiva, Valeria notó algo en su voz: no era culpabilidad, sino cansancio. Había algo más detrás de su actitud, algo que la intrigaba.
Esa misma noche, otro estudiante desapareció. Las alarmas sonaron, y la academia quedó en caos. Las sospechas hacia Leo aumentaron, pero Valeria no estaba convencida. Decidió seguirlo en secreto para descubrir la verdad.
CAPÍTULO 3: Secretos Ocultos
Siguiendo a Leo una noche, Valeria lo vio entrar en la biblioteca. Se escondió entre las estanterías mientras él revisaba libros antiguos. En un momento dado, un tomo llamó su atención. Era un archivo viejo, marcado con las iniciales "PH". Valeria, incapaz de contener su curiosidad, esperó a que Leo se marchara para revisar el libro por su cuenta.
El archivo contenía información sobre un proyecto llamado Híbris, financiado por un grupo selecto de padres influyentes. El objetivo era experimentar con estudiantes para potenciar sus capacidades cognitivas y físicas. Sin embargo, según los informes, algunos sujetos comenzaron a desarrollar comportamientos violentos y agresivos. Los experimentos se suspendieron oficialmente, pero algunos indicios sugerían que habían continuado en secreto.
Valeria buscó a Leo al día siguiente. Le mostró el archivo, exigiendo una explicación.
—¿Qué tienes que ver con esto? —lo confrontó.
Leo se quedó pálido. —No lo sé —respondió, genuinamente confundido—. Pero siempre he tenido... sueños. Imágenes que no entiendo, como si fueran recuerdos. Algo me dice que esto no es una coincidencia.
Ambos decidieron investigar juntos, a pesar de sus diferencias.
CAPÍTULO 4: La Red de Mentiras
A medida que profundizaban, Leo y Valeria descubrieron que el consejo estudiantil estaba involucrado en el proyecto. Camilo Ferrer, el líder carismático del consejo, era el encargado de seleccionar a los estudiantes para los experimentos. Camilo, al darse cuenta de que estaban tras su pista, intentó intimidarlos.
—No sabéis con quién estáis jugando —les dijo con una sonrisa helada.
Leo, sin embargo, comenzó a experimentar cambios en su comportamiento. Sentía impulsos violentos que no podía controlar. En un momento de ira, destrozó una estantería en la biblioteca con una fuerza sobrehumana. Valeria, aunque aterrada, decidió quedarse a su lado.
—No eres un monstruo —le dijo—. Esto no es tu culpa.
CAPÍTULO 5: El Laboratorio
Siguiendo las pistas, descubrieron un laboratorio oculto bajo el edificio principal de la academia. Allí encontraron pruebas de que los experimentos continuaban. En una habitación oscura, descubrieron a uno de los estudiantes desaparecidos: estaba en estado catatónico, conectado a máquinas que monitoreaban su actividad cerebral.
Camilo apareció entonces, acompañado por guardias de seguridad. —Todo esto es por el bien de la humanidad —dijo—. La evolución requiere sacrificios.
Leo se enfrentó a Camilo en un combate feroz. Sus instintos primitivos se desataron, y por un momento pareció perder el control. Valeria lo detuvo, rogándole que no se dejara llevar por la violencia.
Con un último esfuerzo, Leo recuperó el control y logró incapacitar a Camilo. Ambos escaparon del laboratorio, llevando consigo las pruebas necesarias para exponer el proyecto.
EPÍLOGO: El Precio de la Verdad
Leo y Valeria entregaron las pruebas a las autoridades, desatando un escándalo que acabó con la reputación de la academia y de las familias involucradas. Sin embargo, ambos sabían que las cicatrices del proyecto permanecerían con ellos para siempre.
Valeria observa a Leo mientras se aleja por el sendero del campus. Él se detiene y la mira por encima del hombro.
—Gracias por no rendirte conmigo —dice.
Ella sonríe, aunque sabe que el camino de Leo será difícil. Ambos han cambiado, marcados por la experiencia, pero dispuestos a enfrentar lo que venga.
FIN
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