La Alhambra de Granada esconde entre sus muros siglos de historias, misterios y leyendas. Entre ellas, se cuenta la existencia de un pozo oculto en el recinto, un lugar donde los deseos y los miedos de quienes se acercaban quedaban atrapados para siempre.
Un pozo envuelto en misterio
Según la leyenda, durante la época nazarí, existía un pozo en uno de los patios más recónditos de la Alhambra. Se decía que este pozo no solo servía como fuente de agua, sino que poseía propiedades sobrenaturales. Se contaba que aquellos que arrojaban una moneda al agua podían ver reflejado su destino en las ondulaciones que se formaban en la superficie. Sin embargo, no todos los presagios eran buenos. Algunos veían en el agua imágenes de tragedia y muerte, lo que llevó a que muchos temieran acercarse.
La maldición del enamorado
Uno de los relatos más famosos sobre el pozo habla de un joven alfarero que trabajaba en la Alhambra. Enamorado de la hija de un noble, sabía que su amor era imposible debido a su humilde origen. Desesperado, acudió al pozo y arrojó una moneda pidiendo un deseo: que la joven se enamorara de él. Al mirar el agua, en lugar de ver un presagio favorable, observó una imagen de la muchacha vestida de luto, llorando desconsoladamente.
Aterrorizado, intentó olvidar su visión, pero días después, la joven fue encontrada muerta en extrañas circunstancias. El alfarero, consumido por la culpa, regresó al pozo y nunca más se supo de él. Desde entonces, se dice que en ciertas noches se pueden escuchar susurros en la zona, como si alguien aún implorara una segunda oportunidad.
El pozo en la actualidad
Aunque no hay registros históricos que confirmen la existencia de este pozo, muchos visitantes afirman sentir una extraña sensación de inquietud en algunas zonas menos transitadas de la Alhambra. Algunos aseguran haber visto sombras fugaces cerca de antiguas fuentes, y otros afirman que si se escucha con atención, se pueden oír lamentos que emergen de las profundidades de la fortaleza.
La leyenda del pozo de la Alhambra sigue viva en el imaginario popular, recordándonos que en cada rincón de Granada pueden esconderse secretos que desafían el tiempo y la razón.
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