En el corazón de Granada, junto al murmullo del río Genil, se alza el antiguo puente romano, una estructura cargada de historia y envuelta en un oscuro misterio. Aunque su origen exacto es incierto, se cree que fue construido durante la dominación romana y posteriormente restaurado por los árabes. Sin embargo, más allá de su valor arquitectónico, este puente esconde una leyenda que ha sobrevivido al paso del tiempo y que aún hoy provoca escalofríos entre los habitantes de la ciudad.
Un pacto con el diablo
La leyenda cuenta que, en el siglo XVI, un constructor granadino fue contratado para restaurar el viejo puente, que estaba en peligro de derrumbarse. Sin embargo, a pesar de todos sus esfuerzos, cada vez que levantaba una parte, esta se desmoronaba misteriosamente al día siguiente.
Desesperado y sintiéndose incapaz de completar la obra, el constructor hizo lo impensable: invocó al diablo. Se dice que en una noche sin luna, en lo más profundo de la oscuridad, apareció una figura de ojos llameantes y sonrisa burlona. “Te daré la solución que necesitas”, susurró el demonio, “pero a cambio, al terminar el puente, el primer alma que lo cruce me pertenecerá”.
El constructor, cegado por la desesperación, aceptó el trato sin pensarlo dos veces. A la mañana siguiente, el puente estaba completamente restaurado, sólido como nunca antes. Pero pronto cayó en cuenta de la aterradora condición del pacto: alguien debía pagar con su vida.
El astuto engaño
Atormentado por la culpa, el constructor confesó su pecado a un sacerdote, quien ideó un plan para burlar al demonio. En el día de la inauguración del puente, cuando la multitud se reunió para cruzarlo, el sacerdote llevó un gato negro y lo lanzó sobre la estructura. El animal, asustado, corrió al otro extremo, convirtiéndose en la primera criatura en cruzar el puente.
El diablo, furioso por haber sido engañado, lanzó un rugido que sacudió la tierra, pero su pacto estaba sellado. Desde entonces, se dice que, en ciertas noches, una figura oscura puede verse merodeando bajo el puente, buscando una nueva víctima para saldar la deuda.
Ecos del pasado
A lo largo de los siglos, muchos han afirmado escuchar susurros y sentir una extraña presencia al caminar por el puente de madrugada. Algunos incluso aseguran que han visto sombras fugaces deslizarse entre los arcos de piedra o que han sentido una fuerza invisible intentar empujarlos hacia el río.
A pesar de las restauraciones modernas, el Puente Romano de Granada sigue siendo un lugar de misterio. Aquellos que conocen la leyenda evitan cruzarlo cuando la noche cae, por temor a que el demonio, aún resentido, reclame lo que una vez se le prometió.
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