Ubicado en el centro de Granada, junto a la Catedral, el Palacio Arzobispal es una imponente construcción que ha sido testigo de intrigas eclesiásticas, secretos y tragedias ocultas. Pero lo más inquietante de este edificio no es su historia documentada, sino los susurros y apariciones que, según cuentan, se manifiestan entre sus muros.
El Obispo Errante
La leyenda más conocida habla de un antiguo obispo que residió en el palacio hace siglos. Se dice que su carácter severo y autoritario le valió muchos enemigos dentro de la curia. Algunas versiones afirman que murió en circunstancias sospechosas, mientras que otras aseguran que se llevó consigo un terrible secreto que jamás reveló.
Desde entonces, su espectro ha sido visto vagando por los pasillos del palacio. Monjes, sacerdotes y trabajadores han relatado encuentros aterradores con una figura vestida con sotana, que aparece siempre al anochecer. Se dice que camina con paso firme, como si aún tuviera asuntos pendientes en la tierra.
Las Puertas que se Abren Solas
Uno de los fenómenos más recurrentes es el sonido de puertas que se abren y cierran sin motivo aparente. Guardias de seguridad han reportado encontrar puertas abiertas que minutos antes estaban cerradas con llave. Algunos incluso afirman haber sentido una presencia fría a su lado, como si alguien los vigilara en la oscuridad.
El Eco de los Lamentos
Otra manifestación escalofriante ocurre en la capilla del palacio, donde varios testigos aseguran haber escuchado rezos y murmullos cuando el lugar estaba completamente vacío. En noches de tormenta, se han registrado lamentos desgarradores que parecen provenir de los muros.
El Retrato Maldito
En una de las salas del Palacio Arzobispal hay un retrato de un antiguo arzobispo, el cual, según la leyenda, parece seguir con la mirada a quienes se acercan. Quienes han intentado retirarlo del lugar han sufrido extrañas desgracias, lo que ha llevado a muchos a creer que el espíritu del religioso sigue aferrado al cuadro.
A pesar de estas historias, el Palacio Arzobispal sigue en funcionamiento, aunque son muchos los que prefieren no quedarse en sus pasillos cuando cae la noche.
Comentarios
Publicar un comentario