En el corazón de Granada, el Monasterio de San Jerónimo se alza imponente como testigo de siglos de historia. Este majestuoso edificio renacentista, que en su día fue hogar de monjes jerónimos, esconde entre sus muros una inquietante leyenda sobre un espíritu condenado a vagar por la eternidad.
El Fraile Traidor
Hace siglos, cuando el monasterio estaba en pleno apogeo, un monje llamado Fray Alonso era conocido por su gran conocimiento y dedicación, pero también por su ambición desmedida. Se decía que ansiaba poder e influencia, algo que no encajaba con su vida de recogimiento.
Cuando los conflictos religiosos y políticos golpearon Granada, Fray Alonso se alió en secreto con las autoridades civiles, traicionando a su propia orden. Filtró información confidencial sobre las actividades del monasterio y facilitó la entrada de forasteros al lugar sagrado a cambio de riquezas y promesas de poder.
Sin embargo, su traición fue descubierta. Según la leyenda, los monjes, indignados por su falta de lealtad, lo condenaron a una de las peores penitencias: ser enterrado vivo dentro de los muros del monasterio, como castigo por su traición y como advertencia para los que quisieran seguir su camino.
Apariciones y Susurros Nocturnos
Desde entonces, quienes han pasado la noche en el monasterio aseguran que el espíritu de Fray Alonso aún recorre los pasillos, atormentado por su culpa. Monjes y visitantes han escuchado susurros lastimeros en las capillas y claustros, e incluso algunos afirman haber visto una figura encapuchada caminando lentamente por los corredores, para luego desvanecerse en la oscuridad.
Uno de los testimonios más impactantes ocurrió en el siglo XIX, cuando una restauración sacó a la luz un esqueleto emparedado en uno de los muros del monasterio. Aunque los historiadores no han podido confirmar si se trataba realmente de Fray Alonso, los lugareños no tienen dudas: el alma en pena sigue allí, atrapada por su pecado.
La Maldición del Monasterio
Los más supersticiosos creen que el fantasma de Fray Alonso jamás encontrará el descanso y que su presencia es una advertencia para aquellos que osen desafiar el espíritu sagrado del lugar. A pesar del tiempo, el monasterio sigue envuelto en un aura de misterio, y quienes lo visitan no pueden evitar sentir un extraño escalofrío al caminar por sus pasillos.
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