En el histórico Barrio de Santa María, conocido como la cuna del flamenco y hogar de poetas y cantaores legendarios, se cuenta la historia de una entidad peculiar que ha desconcertado y divertido a sus habitantes durante generaciones: el Duende del Barrio de Santa María. Este espíritu, descrito como juguetón e impredecible, es parte del folclore popular gaditano y sigue siendo protagonista de anécdotas y relatos que se transmiten de boca en boca.
Un Espíritu que Aparece con el Alba
La leyenda narra que, hace siglos, en una de las humildes casas del barrio vivía un hombre llamado Diego, conocido por su habilidad para trabajar la madera y su carácter alegre. Sin embargo, Diego también era famoso por hablar de un amigo invisible que lo ayudaba en su taller durante las noches. Este amigo, que él llamaba "el duende", supuestamente le daba ideas para crear figuras hermosas y detalladas que parecían cobrar vida.
Tras la muerte de Diego, el duende pareció quedarse en el barrio, manifestándose en pequeños actos que algunos describen como bromas inofensivas: objetos que desaparecen para aparecer en lugares imposibles, puertas que se abren y cierran sin explicación, o susurros que llenan el aire en las noches tranquilas.
Testimonios de los Vecinos
Quienes han vivido en el barrio aseguran haber experimentado los caprichos del duende. Una vecina anciana, conocida como Doña Carmen, relata cómo en su juventud dejó un cántaro de agua en la puerta de su casa, y al salir a recogerlo lo encontró lleno de pétalos de flores. "No hay duda de que fue el duende. A veces hace cosas hermosas, pero otras te vuelve loca buscando tus cosas", comenta entre risas.
Otro relato cuenta cómo, en la taberna local, los clientes solían escuchar risas infantiles provenientes del techo, aunque no había niños presentes. Algunos aseguran que el duende se manifiesta especialmente cuando alguien canta flamenco con pasión, como si fuera atraído por la música que caracteriza al barrio.
El Duende y los Visitantes
A pesar de su carácter juguetón, el duende también parece tener un lado protector. Se dice que, en varias ocasiones, ha ahuyentado a intrusos o advertido de peligros inminentes. Una noche, un grupo de jóvenes que intentaba irrumpir en una casa abandonada huyó despavorido al escuchar risas y pasos que resonaban en el interior, aunque el edificio estaba vacío.
Los guías turísticos del Barrio de Santa María suelen incluir al duende en sus historias, cautivando a los visitantes con relatos de encuentros inesperados y fenómenos inexplicables.
¿Quién es el Duende?
La identidad del duende sigue siendo un misterio. Algunos creen que es el espíritu de Diego, que nunca quiso abandonar el lugar donde fue feliz. Otros piensan que es una entidad más antigua, un guardián del barrio que ha existido desde siempre.
Cualquiera que sea su origen, el Duende del Barrio de Santa María se ha convertido en un símbolo del espíritu vibrante y alegre de Cádiz, reflejando la mezcla de misterio y vitalidad que caracteriza a esta ciudad.
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